No se me ocurrió mejor manera que estrenar oficialmente este nuevo sitio, que hablando de una serie que por muchos años nos atrapó, nos emocionó, nos dejó en suspenso y, especialmente, nos entretuvo. Si, Dr. House logró todo eso en la mayoría de nosotros (seguramente haya alguien por ahí a quien no le gusta, muy probablemente un médico) pero que como lamentablemente reza nuestro encabezado de hoy, Everybody Dies, a todos nos llega nuesta hora; y hace unas semanas le llegó la hora al personaje encarnado por Hugh Laurie: Gregory House.
Luego de ocho años, este "detective médico" deja de recibir casos insólitos para dar lugar a quién sabe que otra serie nueva, que esperemos este a a la altura de reemplazar a la protagonizada por el actor británico.
La octava temporada de House contiene un quiebre en la historia el cual desencadena un desenlace algo prematuro (desde mi punto de vista) pero no por eso menos excitante. Para no pecar contra los que todavía no han visto la última temporada me limitaré solamente a decir lo que todos ya saben. Este quiebre es nada más y nada menos que el diagnóstico de cáncer terminal y quién lo sufre es James Wilson, el mejor amigo del sociópata de House.
La noticia de que a su amigo le quedan muy pocos meses de vida, no es nada agradable para House, y menos lo es idea de que quien el considera como a un hermano, acepte su enfermedad y decida darse por vencido ante ella.
De esta forma es que transcurren los capítulos finales de esta serie. ¿Cuál es el final? Eso no esperen saberlo de mis palabras. Lo único que me limitaré a decir es que si son un total de cinco capítulos que valen la pena ser vistos, en especial el último.
Sin embargo, y como suele suceder en este tipo de series tan vistas y tan reconocidas, hay que admitir que pueden llegar a resultar, de cierta manera, muy improvisado el final, lo cual no le llega a dar la grandeza que debería tener.
Ustedes, los que siguieron la octava temporada hasta el final ¿Qué impresión les causó?
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